Las emisiones de CO2 de la industria se disparan tras años de crisis
Las instalaciones bajo control de Cataluña expulsaron el año pasado un 6,6% más de gases de efecto invernadero que en 2014
Barcelona
“Adicionalmente a las mejoras estructurales de eficiencia energética y de reducción de emisiones, la crisis económica contribuye claramente a la caída de emisiones”, justificaba hace dos años la Generalitat sobre la caída continuada desde 2007 de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero el año pasado esta tendencia dio un giro de 180 grados. Durante 2015, las 126 instalaciones (combustión, generación eléctrica e industria) sometidas al régimen del comercio de emisiones expulsaron 14,1 millones de toneladas de CO2,, un 6,6% más que en 2014, según datos del Departamento de Territorio.
Además de los pequeños síntomas de recuperación económica, el aumento se explica por el bajo precio que estas plantas pagan por contaminar. Y aunque la emisión de 2 no será gratis, no les resultará cara: 21 millones de euros por las 4,1 millones de toneladas de CO2 de más que expulsaron, según cálculos de la Generalitat. Esta cantidad podría ser mayor ya que adquirir el derecho de expulsar a la atmósfera una tonelada de CO2 cuesta actualmente poco más de cinco euros, cuando en 2008 llegó a 27. Pero la crisis económica ha hecho caer la demanda y, por tanto, el precio que da derecho a contaminar. La exdirectora de Calidad Ambiental de la Generalitat, Assumpta Ferran, ya advertía de que el bajo precio que pagan por emitir más contaminantes de los que les corresponde no motiva a las empresas a invertir en tecnologías más limpias.
El sector que más pagará será el de la generación eléctrica. A partir de 2013 y hasta 2020, estas plantas no reciben derechos de emisión de forma gratuita, por lo que las empresas tendrán que pagar casi 14,5 millones de euros por sus emisiones. Las plantas de cogeneración (6,4) y las refinerías (3,5) también tendrán que rascarse el bolsillo, mientras que las cementeras tuvieron un excedente de 0,6 millones de toneladas de CO2
La industria catalana acumulaba desde 2005 años de caída en sus emisiones de gases de efecto invernadero, cuando alcanzaron su pico más alto (20,2 millones de toneladas). Este descenso se acentuó con la llegada de la crisis económica, y tocó fondo en 2013 (13,1). Hace dos años las emisiones se estancaron (0,6%) y el pasado 2015 dieron un giro de 180 grados a la tendencia, y pasaron de caer a crecer un 6,6%.
El sector responsable de este aumento fue la generación eléctrica. Las siete plantas verificadas emitieron en 2014 2,2 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y el año pasado, 2,9, un 30% más. Aun así, este sector fue el que menos cantidad de gases contaminantes produjo. Las instalaciones de combustión (aquellas que convierten en energía la quema de combustibles de origen fósil) emitieron 4,1 millones de toneladas y la industria, 7,1. Sobre todo por la producción de cemento (2,92) y las refinerías (2,42).
Además de los pequeños síntomas de recuperación económica, el aumento se explica por el bajo precio que estas plantas pagan por contaminar. Y aunque la emisión de 2 no será gratis, no les resultará cara: 21 millones de euros por las 4,1 millones de toneladas de CO2 de más que expulsaron, según cálculos de la Generalitat. Esta cantidad podría ser mayor ya que adquirir el derecho de expulsar a la atmósfera una tonelada de CO2 cuesta actualmente poco más de cinco euros, cuando en 2008 llegó a 27. Pero la crisis económica ha hecho caer la demanda y, por tanto, el precio que da derecho a contaminar. La exdirectora de Calidad Ambiental de la Generalitat, Assumpta Ferran, ya advertía de que el bajo precio que pagan por emitir más contaminantes de los que les corresponde no motiva a las empresas a invertir en tecnologías más limpias.
El sector que más pagará será el de la generación eléctrica. A partir de 2013 y hasta 2020, estas plantas no reciben derechos de emisión de forma gratuita, por lo que las empresas tendrán que pagar casi 14,5 millones de euros por sus emisiones. Las plantas de cogeneración (6,4) y las refinerías (3,5) también tendrán que rascarse el bolsillo, mientras que las cementeras tuvieron un excedente de 0,6 millones de toneladas de CO2
La industria catalana acumulaba desde 2005 años de caída en sus emisiones de gases de efecto invernadero, cuando alcanzaron su pico más alto (20,2 millones de toneladas). Este descenso se acentuó con la llegada de la crisis económica, y tocó fondo en 2013 (13,1). Hace dos años las emisiones se estancaron (0,6%) y el pasado 2015 dieron un giro de 180 grados a la tendencia, y pasaron de caer a crecer un 6,6%.
El sector responsable de este aumento fue la generación eléctrica. Las siete plantas verificadas emitieron en 2014 2,2 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y el año pasado, 2,9, un 30% más. Aun así, este sector fue el que menos cantidad de gases contaminantes produjo. Las instalaciones de combustión (aquellas que convierten en energía la quema de combustibles de origen fósil) emitieron 4,1 millones de toneladas y la industria, 7,1. Sobre todo por la producción de cemento (2,92) y las refinerías (2,42).
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